Michael (Capítulo 01)
Escrito por: Manuel Alonso Vieytes
Redoble de tambores, por favor.
¿Podemos sacar algún aspecto positivo de una «tragedia»? A veces se aprenden lecciones al escuchar las experiencias de los demás. Manteniendo viva la memoria. Lo viví y os lo cuento. Nadie pudo olvidar ese día…
Me quedé dormido. Iba corriendo por el piso, porque no hay nada que me dé más rabia que llegar tarde. Llamé a un taxi, me puse lo primero que encontré, metí todo lo necesario en el maletín, lo cerré sin mirar siquiera dentro, cogí la cartera y salí corriendo. No tardé mucho en llegar porque apuraba al conductor en cada semáforo. Por fin, estaba en el hospital. ¡Hurra! Cuando abrí la puerta de la habitación, vi los ojos de nuestro hijo. Pensé, ¿estará tan sorprendido como yo? Pues va a ser que no. Vamos, que ni caso. Estaba demasiado ocupado. Sí, ocupado, intentando comer vorazmente los enormes lazos azules de su trajecito. Pues sí que empezamos bien.
Mi mujer y yo bromeamos.
¡Pobres ilusos!