Una razón de ser, por un proyecto con causa.
Si nos pusiéramos a describir a ‘OMAR OSORIO’, seguramente no dispondríamos de espacio ni sabríamos hacerlo de forma suficientemente justa a la hora de conseguir describir sus cualidades, es por ello que el privilegio de conocerlo es para toda esa familia de amigos y conocidos que por cercanía y por calidad lo merecen; es toda una suerte para los suyos el compartir momentos y propósitos cargados de ilusión, bondad, de generosidad.
Omar se siente pleno ofreciendo, por lo que no le mueve la necesidad de recibir los aplausos ni el reconocimiento. Su compromiso se encuentra en saber que hace un bien para con sus vecinos, personas que día tras día se esfuerzan porque sus vidas puedan ser un ‘poquito’ mejor. Esta humildad y empatía le es innata desde bien pequeño, es una persona familiar, cercana y humana; cuenta con seis hermanos, siendo el menor de todos ellos y proviene de un extracto social muy humilde.
Hablamos de un guerrero de persona y un deportista de primer orden: nadador para-olímpico cordobés ha representado a Córdoba-Veracruz y a su país (México) en diferentes eventos nacionales e internacionales a lo largo de 23 años de carrera deportiva, cuenta en su haber con diplomas y medallas para-panamericanas (México 99, Argentina 2003, Río y Guadalajara 2011). Como varios selectivos y competencias internacionales en la prueba de 50 Metros.
Su afición por nadar partió de un día que se dijo a sí mismo: “Estoy acostumbrado a entrenar y conozco lo que es cansarme hasta la extenuación, pero quiero conocer dónde se encuentra el límite de mis brazos», y un día nadó durante 12 horas, después se puso la marca en 18 horas, siguió superándose haciendo 21 horas registradas en Registros Oficiales y ante Notario Público. Su última gesta conocida ha sido nadar durante más de 27 horas de forma ininterrumpidas y este 2019 su reto y objetivo ‘sobre humano’ está en alcanzar las 32 horas batiendo su propio récord y estableciendo así una marca nunca antes conocida en un deportista y nadador para-Olímpico.
No conociendo su límite y teniendo la gran necesidad de colaborar con una de las mejores causas que para él existen: contribuir con el banco de alimentos de Córdoba, a quienes consideran parte de sí mismo (su pueblo, sus vecinos y sus hermanos).
Omar está comprometido y concienciado, tiene un dicho: “La discapacidad no está ni en las muletas, en unos bastones o en una silla de ruedas, la discapacidad existe si la creas en tu cabeza, porque si no superas y afrontas tus miedos nadie lo hará por ti». Con 41 años de edad y con una discapacidad física (Poliomielitis y Mieloligoceleles), con el apodo de «Banco de alimentos de Córdoba» por su donación en 2016 de 2.5 toneladas para un promedio de 1100 personas, Omar quiere superarse en todos sus registros este año 2019 y así poder alcanzar en su donación la cifra de 15 tonelada de alimentos.
Admiremosle para impulsarle y hacer que vuele sobre el agua para que muchas sonrisas lleguen a reflejarse en un sinfín de rostros.
Sergio P.M. desde España (Barcelona)