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Empatía e inspiración, ejemplo y coraje,… pero ante todo mujer. Cualidades de todas ellas que se multiplica en su valor para la mujer que afronta y convive con la discapacidad, porque además de sinceras y carentes de vanidad se tratan de personas infinitamente humanas, pocas veces valoradas ni reconocidas tal y como merecen.
Toda mujer de bien se esfuerza por ser correcta, por hacer feliz a los suyos y con ello poder conseguir serlo, pero quien además es una persona con discapacidad trata de superar sus límites y dificultades, todas o la mayoría de ellas siendo además capaces de regalar al mundo la mejor de sus sonrisas. Hay discapacidades que duelen, que limitan las capacidades y todas ellas por su naturaleza obligan a dar la mejor versión dentro de la posibilidad.
Una mujer es luchadora por naturaleza pero una mujer con discapacidad es una gladiadora que suple su desventaja con la entereza de su valor. Nadie deja constancia de esas historias admirables de vida que quedan ocultas en el silencio de la prudencia, pero todas y cada una de esas grandes mujeres no necesitan el aplauso ni el halago para seguir empoderándose en su camino.
El 8 de Marzo es el día de la mujer, pero además debe serlo en su reconocimiento a todas las mujeres que describo y de las que posiblemente muchos no nos hicimos conscientes de su valor y mérito.
Aprecia, valora y siéntete orgulloso si puedes decirte: yo conozco a esa persona.