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Concluyen intervenciones de espacios en Ciudad de México, incluyendo Los Pinos, gracias al apoyo del FONCA

Teatro Entre 2 concluye dos años de intervenir espacios de Ciudad de México gracias al apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). Se trata de experiencias artísticas multidisciplinarias, que van del teatro hasta performance plástico, literario, musical, e incluso participativos en el espacio público. Para Arnaud Charpentier, uno de los fundadores y director artístico, “gracias a FONCA pudimos multiplicar las maneras de concebir el arte público y la relación entre actores o artistas y espectadores que se volvieron partícipes del hecho artístico”.

El impacto que ha tenido su propuesta en los habitantes de la ciudad inició con el proyecto Arbolea. Ofreció un contacto íntimo con la naturaleza a través del teatro, la poesía, la música y las artes plásticas interviniendo espacios públicos como la Biblioteca de México, el Bosque de Chapultepec y el Papalote Museo del Niño. Arbolea es un encuentro de permanencia voluntaria que tiene a los árboles como protagonistas. “La idea era crear una pausa en el ritmo acelerado de la ciudad y salir de los recintos culturales”, contó el responsable de la dirección artística Arnaud Charpentier a Milenio.

Siguieron funciones gratuitas de la puesta en escena Red, Black & Silver del dramaturgo mexicano Alejandro Román, que también tuvo temporada en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico. Llevaron su espectáculo Tragedia sobre ruedas al Parque de Periodistas Ilustres. E incitaron a la reflexión política en las calles con el proyecto multidisciplinario ¿Y Ágora que? para reflexionar sobre la democracia y la participación ciudadana interviniendo la Ciudadela, el metro y el Zócalo de la Ciudad de México.

“La democracia es más que un gobierno representativo. Hay algo muy fundamental: el voto y la elección no son iguales. El voto es votar para algo, una ley por ejemplo. Y elegir es elegir a alguien que luego va a votar en tu nombre. Esta persona va a tener la palabra y va a tener el poder de decidir. De alguna, la elección hace que deleguemos y perdamos nuestro poder como ciudadanos. Entonces, qué tal una democracia donde tuviéramos mucho más poder como ciudadanos, mucho más poder de decisión, donde hubiera rotaciones de poderes, en donde hubiera sorteos. Muchos modelos existen o existieron en algún momento de la humanidad, muy diferentes al único al que estamos copiando desde hace dos siglos”, reflexiona Charpentier.

El proceso de ¿Y Ágora que? fue una investigación para explorar el poder. “Repensar la democracia es también pensar en nuestra relación con el poder en la casa, en el trabajo, en nuestra relaciones con la gente cercana. Eso nos obliga a pensarnos junto con nuestro entorno de manera diferente. Tal vez nos obliga a repolitizarnos, en donde no nos vemos como individuos aislados.”, comenta el fundador de Teatro Entre 2. Cerraron con Agoralia, escrito por la dramaturga Verónica Maldonado (quien en su trayectoria tiene la adaptación a teatro de La Batallas en el desierto de José Emilio Pacheco), con funciones en el Parque Madero, Callejón Regina y la Plaza Lerdo de Tejada. Además de ser el primer proyecto teatral presentado en el Centro Cultural Los Pinos, con dos funciones especiales.

La compañía francomexicana quiere imaginar posibilidades de sociedad, de vida en comunidad, y de empatía entre seres humanos. ¿Qué mundo queremos crear y fomentar? es la pregunta que indagan con los proyectos Arbolea, ¿Y ágora qué? y Agoralia porque habitar una ciudad es estar en las calles y convivir con los vecinos.

Todo esto no hubiera sido posible sin el apoyo de FONCA, a través de su programa México en Escena porque no puede existir sin un subsidio del Estado al realizarse en espacios públicos, gratuitamente y sin taquilla. “El Estado debe velar por el cumplimiento de un derecho constitucional de acceder a la cultura, es decir, dar arte y cultura a sus ciudadanos. Agradecemos y al mismo tiempo reconocemos que es normal dar becas para este tipo de proyectos multidisciplinarios en espacios públicos, que para aquellos que luego cobrarán $500 la entrada”, comenta Charpentier.

Gracias a la beca del FONCA “hemos dado emociones artísticas a gente que normalmente no va al teatro. Es absolutamente urgente seguir en este camino de inundar la ciudad de cultura, con arte, y no reservarla siempre a los mismos 1% que van al teatro”, continúa. De ahí que la compañía considera relevante que los medios de comunicación ayuden a salir de estos esquemas de consumismo cultural dando espacio a proyectos de calle e intervenciones urbanas.

El trabajo realizado de 2017 a 2019 “fue casi cien por ciento financiado por esta beca: actores, creativos, producción, difusión. Intentamos hacer producciones muy ligeras para no gastar demasiado dinero en esto y poder pagar decentemente a los integrantes de estas experiencias artísticas”, aclara. Se hicieron “diversas propuestas: en bicicleta, debajo de los árboles, intervenir el Centro Histórico. Montar Agoralia a partir de un proceso de reflexión de seis meses con ¿Y ágora qué? Hacer instalaciones… Es un logro inmenso poder hacer muchísimas cosas. Y un gran acierto de esta beca es consolidarnos como compañía multidisciplinaria en espacios públicos.”

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